LOS PIES DEL SABIO





Una vez leí en la santa biblia, en la carta de Santiago 1:5-6  y atendiendo lo que dice ese versículo, pedí a Dios sabiduría para saber tomar las mejores decisiones en mi vida. Luego de hacer la petición me sentí sabio. Horas después cometí ciertos errores que casi me cuestan el trabajo y me sentí tonto. Creía que al haber pedido sabiduría, tal como la expresa Santiago en su carta, ya lo sería. Me sentí desconcertado, me decía a mí mismo que no recibí tal milagro de Dios. Sin embargo, una mínima luz de sabiduría se encendió en mí. Empecé a comprender que ser sabio conlleva  todo un  proceso; un largo camino de aprendizaje que lastima los pies de quien lo anda y  los hace sangrar, pero que los endurece con cada paso. Me di cuenta que debo iniciar como un aprendiz, no creerme que de inmediato sería un sabio, pues no tendría bases, no tendría un camino recorrido; mis pies estuvieran blandos. Entendí que voy a  cometer errores y a equivocarme y que no voy a saber las respuestas a todas las preguntas, porque el inicio de la sabiduría comienza aprendiendo y muchas veces aprendiendo de los errores. aprendí a entender que no lo sabes todo. Comprendí que ser sabio no es saberlo todo, es empezar a comprender que hay un Dios todo poderoso a quien puedes acudir cuando no encuentres las respuestas , cuando en este largo camino, tus pies estén cansados y lastimados,  cuando no sepas qué camino seguir, A él puedes pedir consejos llenos de sabiduría y fuerzas para continuar este viaje que se llama vida. 

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